Restaurantes, caos, camareros que huyen, jefes que bailan y mesas demasiado largas: la guía definitiva para que tu cena de empresa no sea un desastre anunciado.
Imagina esta escena:
Es diciembre. Llueve (como siempre). El grupo de WhatsApp de la oficina lleva semanas con mensajes tipo:
“¿Cena este año?”
“Yo solo voy si hay barra libre”
“Si vamos al mismo sitio del año pasado, yo me pido la baja”
“¿Y si pedimos sushi y hacemos escape room?”
Tú, como buen organizador voluntario (o más bien víctima de un sorteo injusto), tienes una misión casi imposible: encontrar el restaurante perfecto para una cena de empresa. Uno que no esté reservado desde 1998, donde no os sienten al lado de un cumpleaños infantil con payaso, y donde la comida no sea una tabla de embutidos tristes a 40€ por cabeza.
Respira. No estás solo.
Aquí te traigo una guía definitiva, descomunal, graciosa y 100 % útil para que elijas el restaurante (o espacio) ideal para tu cena de empresa, sin terminar con una crisis de ansiedad, una factura absurda o una cena tan incómoda como una reunión de feedback sin aire acondicionado.
Este artículo está escrito por Venuu.com, la plataforma n.º 1 para encontrar espacios increíbles para eventos en España y toda Europa.
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¿Por qué elegir bien el restaurante para la cena de empresa es tan importante?
Porque no hay nada más peligroso que un grupo de empleados hambrientos, sedientos y mal sentados.
Una mala elección puede dejar secuelas durante todo el año:
— “Recuerda cuando comimos canapés congelados en el garaje de aquel local raro.”
— “Todavía tengo pesadillas con aquel DJ que puso ‘Sopa de caracol’ tres veces seguidas.”
— “¿Y la tarta de mousse de chicle? Qué necesidad.”
La cena de empresa es ese momento anual donde el departamento de contabilidad, diseño, IT y marketing se sientan juntos... sin necesidad de hablar de Excel. Es un campo minado de oportunidades sociales y anécdotas con potencial de viralización interna.
Por eso, el restaurante debe estar a la altura de la hazaña.
¿Qué buscamos realmente en un restaurante para la cena de empresa?
Una utopía, básicamente. Pero intentémoslo.
Esto es lo que buscamos todos, aunque no lo digamos:
- Que no sea el mismo sitio de siempre
- Que la comida esté buena y no te obligue a fingir un “mmmm qué interesante este carpaccio de pepino”
- Que tenga espacio para que hablen los del fondo sin gritar
- Que no haya luces fluorescentes como en la consulta del dentista
- Que haya espacio para bailar pero que no te obliguen si no quieres
- Que alguien se arranque con un discurso, pero sin PowerPoint
¿Parece mucho pedir? Lo es. Pero con esta guía, puede pasar.
Checklist para encontrar el restaurante ideal para una cena de empresa sin drama ni digestiones dudosas
1. El tono de la cena: ¿amistosa, salvaje, institucional o "con sorpresita"?
Lo primero: define el tipo de empresa que sois.
¿Sois una startup con 9 personas que se tratan como hermanos, o una multinacional donde hay gente que no se saluda ni en el ascensor?
Tu elección de restaurante tiene que encajar con la cultura de tu equipo.
Porque si llevas a tu jefe a un restaurante con cubiertos de plástico y luces de neón, probablemente tengas que actualizar tu CV.
Y si llevas a tu equipo joven y creativo a un salón de banquetes con música de fondo tipo ascensor… probablemente huyan a un bar alternativo antes del postre.
Claves para decidir el tono:
- ¿Queréis hablar o gritar?
- ¿Queréis cena sentados o comer de pie como en un cóctel de premio Nobel?
- ¿Habrá algún momento “emocional”? (vídeos, discursos, reconocimientos tipo "empleado del mes que más trae tupper")
- ¿Queréis seguir de fiesta después o salir corriendo en cuanto sirvan el flan?
2. El tamaño sí importa: capacidad, distribución y distancia emocional
Busca un sitio donde todos quepan, pero no estén tan juntos que te enteres de los problemas de pareja del becario.
Y tampoco tan separados que haya que usar megáfono para brindar.
Ojo con las mesas largas eternas. Sí, esas donde los de un extremo cenan como en otra galaxia y solo se enteran de la cuenta final y de que alguien del otro lado se subió a una silla.
Pregunta por:
- ¿Mesas redondas o largas?
- ¿Zona privada o compartida con otros grupos? (nada más triste que compartir cena con una despedida de soltero con gorros de unicornio)
- ¿Hay opción de poner música o presentaciones?
3. El menú: ni estrella Michelin ni "menú de gasolinera"
Aquí entra la parte delicada. El menú.
Tiene que gustar a todos, pero sin arruinar a la empresa.
Cosas que NO deberían estar en un menú de cena de empresa:
- Croquetas que parecen proyectiles
- “Espuma de algo” sin que nadie sepa qué es el algo
- Ensaladas que consisten en tres hojas de rúcula
- Un postre con forma de algo “divertido” que arruine la foto
Cosas que SÍ funcionan:
- Platos que se pueden compartir
- Opciones para todo tipo de dieta sin que te miren raro si dices “sin gluten”
- Carta de bebidas decente: no hace falta Dom Pérignon, pero tampoco vino peleón de tetrabrik
- Algún detalle dulce personalizado (galletitas con logo, minipastel con velita)
Y, sobre todo, ¡que haya cantidad suficiente! Que una cena de empresa no se convierta en “evento de networking con hambre”.
4. La ubicación: accesible, pero que no acabe en excursión
Parece básico, pero no lo es.
No pongas la cena de empresa en un restaurante precioso… al que solo se llega en burro.
Céntrico, bien comunicado, con opciones de taxi o transporte público, y si se puede, cerca de un sitio para copas. Porque si hay que desplazarse demasiado, el 40 % se pierde por el camino.
Y recuerda: si hay alcohol, evita lugares con escaleras traicioneras, suelos resbaladizos o baños que parezcan escondites secretos.
5. El ambiente: ni entierro ni festival de Eurovisión
El ambiente lo cambia todo.
Un restaurante puede tener la mejor comida del mundo, pero si la luz es como de quirófano y el hilo musical suena como una lista de espera telefónica… no hay magia que lo salve.
Busca un sitio con:
- Luz cálida (que favorece fotos, rostros y egos)
- Buena acústica (para poder decir "felicidades" sin leer los labios)
- Posibilidad de poner música propia o de llevar un mini DJ
- Personal simpático y paciente (esto es más importante que el pan caliente)
6. Extras que marcan la diferencia
Los pequeños detalles hacen que la cena pase de “correcta” a “la mejor noche del año”. Pregunta si el restaurante ofrece:
- Menús personalizados con nombres o frases de la empresa
- Photocall o zona para hacer el ridículo con accesorios
- Espacio para presentaciones, entrega de premios o vídeos sorpresa
- Copas post-cena en el mismo sitio (sin tener que desalojar corriendo)
- Brindis especial o chupito de la casa para cerrar con humor
Y si no es restaurante… ¿qué más?
Tal vez tu equipo ya está aburrido de los restaurantes. Hay espacios alternativos que pueden funcionar incluso mejor:
- Áticos urbanos con terraza: cena al aire libre, música suave, luces de guirnalda.
- Locales multifuncionales con barra libre y zona chill.
- Fincas en las afueras con barbacoa, piscina climatizada y espacio para bailar.
- Salas privadas con karaoke, futbolín o escenario: ideal para perder la vergüenza sin testigos.
- Coworkings con zona de afterwork: sí, algunos se transforman en salones after dark.
La clave está en que el espacio tenga alma, versatilidad y un baño decente.
Una cena de empresa no se improvisa (y si se improvisa… que sea en un sitio con buen vino)
Organizar una cena de empresa puede parecer una odisea, pero con la elección del restaurante adecuada, puede convertirse en una noche épica.
Una noche donde el jefe se suelta la corbata, el departamento de ventas baila como si no hubiera Excel al día siguiente, y todos se van a casa con una anécdota que recordarán hasta la próxima junta.
Así que respira, elige con criterio, consulta con tu gente (aunque luego hagas lo que quieras), y recuerda:
El restaurante no lo es todo, pero puede hacerlo todo mejor.
Y si después de todo… la comida falla, el vino ayuda.
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